Interesante. Algunas observaciones
1) Me gusta el título; aunque, desde lo formal, debería ser "En el mundo de las lenguas, la muerte no existe" (ver punto 1.2.10, inciso b, del Diccionario panhispánico de dudas de la RAE, http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=V1EqcYbX4D61AWBBrd). Si no, debería ser "La muerte no existe en el mundo de las lenguas".
2) Veo un problema básico que, para mi, radica en que no estoy muy seguro de que sea una minificción. Me explico: según la mayoría de los teóricos de la minificción (opinión que, humildemente, sigo), ésta, para ser tal, debe tener un conflicto, debe "pasar algo" (el típico planteo-nudo-desenlace; aún cuando alguno de los tres elementos sea tácito). Creo que este texto es más una observación —acerca de lo que ocurre en la transición entre "lenguas muertas" y "vivas"— que una ficción. Para poner un ejemplo, "Il milione" (Los viajes de Marco Polo) puede considerarse una crónica o un libro de viajes; y está constituido, básicamente, por observaciones hechas por los venecianos acerca del modo de vida de los mogoles. Mas allá del propio relato del viaje que actúa de nexo para dar marco a las observaciones. En Il milione, en general, no hay un conflicto a la manera de una novela. Me pasa lo mismo acá.
Probablemente, si te centrases en una cuestión anecdótica —la historia de una palabra, por ejemplo; o una historia de resurrección; o de trasplantes (que mencionas)—, podría solucionar este tema.
3) Destacaría más el concepto de "viaje". No es que esté mal, ya que respeta la consigna; pero resaltaría este tema.
4) Le sacaría el entrecomillado a "lenguas vivas"
5) Destaco como excelente la construcción "Eran trasplantes decisivos. Ahora, piezas muy raras, bellos cultismos, llamativa música, palpitantes verbos y con sabor a miel en las bocas." Tiene mucha poesía.