Segunda versión.
Gracias, Daniel. Totalmente de acuerdo con lo de "como una puerta" y me había olvidado el "que". En cambio, no coincido con alterar el orden de la oración en "Ante el menor indicio..." porque no es incorrecto y atrae más la atención sobre esa circunstancia. Hice otros pequeños cambios. Aquí la segunda versión:
MULETILLA
Se ajustó el cinturón todo lo posible. Se puso corrector de ojeras, dos capas de maquillaje, sombra celeste y labial rojo intenso. Agregó un chal, por si refrescaba. Tomó dos pastillas para la presión, medio Tranquinal y acudió a la cita. Ante el menor indicio de inseguridad, se decía “cancelo, cancelo, cancelo…”. Después de todo, se sentía, y creía verse, veinte años más joven. Al bajar del taxi, el hombre que intentó ayudarla la trató de “doña”. “Cancelo, cancelo, cancelo”, decretó. No le importó llegar temprano, con tal de que él no la viera renguear así, de entrada. Ya habría tiempo de contarle de su reemplazo de cadera. Se sentó en un rincón poco iluminado. A través del ventanal del bar, él alcanzó a vislumbrar un leve aire del recuerdo que tenía de ella. La observó retocarse los labios, moverse inquieta en la silla, revisar una y otra vez la cartera y cambiar dos lentes para leer el menú. “Cancelo, cancelo, cancelo” pensó, y dio media vuelta.
MULETILLA
Se ajustó el cinturón todo lo posible. Se puso corrector de ojeras, dos capas de maquillaje, sombra celeste y labial rojo intenso. Agregó un chal, por si refrescaba. Tomó dos pastillas para la presión, medio Tranquinal y acudió a la cita. Ante el menor indicio de inseguridad, se decía “cancelo, cancelo, cancelo…”. Después de todo, se sentía, y creía verse, veinte años más joven. Al bajar del taxi, el hombre que intentó ayudarla la trató de “doña”. “Cancelo, cancelo, cancelo”, decretó. No le importó llegar temprano, con tal de que él no la viera renguear así, de entrada. Ya habría tiempo de contarle de su reemplazo de cadera. Se sentó en un rincón poco iluminado. A través del ventanal del bar, él alcanzó a vislumbrar un leve aire del recuerdo que tenía de ella. La observó retocarse los labios, moverse inquieta en la silla, revisar una y otra vez la cartera y cambiar dos lentes para leer el menú. “Cancelo, cancelo, cancelo” pensó, y dio media vuelta.
Liquidambar
09 de March de 2020 / 05:44
09 de March de 2020 / 05:44
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