Primera pista
Mi estimada capataz,
Mucho me temo que vuestra capacidad como domadora de fieras no es compatible con las artes de la investigación criminalística. ¿O será acaso que la de esclavo no es conciliable con la de aprendiz de escribidor y sagaz detective o simple reportero de nota roja?
Para disipar estas incógnitas y antes de que los huexólotl sean sacrificados en uno u otro bando, vamos por partes, como dijera alguna vez Jack el destripador, antes de que su caso fuera plena e indiscutiblemente aclarado por el suscrito.
Tenemos varios personajes que podemos agrupar en tres: El narrador, el viejo que tiene la disyuntiva de ser recluido en el asilo o usar el revólver para liberarse (aquí, en el primer párrafo, se pretende inducir al lector a pensar en el suicidio), y por último un personaje colectivo, representado por un número indefinido de personas que se conmocionan, corren, buscan, se angustian, llegan a la calle y al alzar la vista ven al auto alejarse. Pueden sus mercedes sacar las conclusiones sobre quién es el que –liberado– se aleja en él hasta perderse en la bruma.
¿Dónde ocurren los hechos?
¿Es el propio protagonista quien conduce o es un Uber el que fue a recogerlo?
Las respuestas a esta y otras iinterrogantes podrán ser develadas en el siguiente capítulo de esta emocionante serie, donde el misterio, la acción y el drama se dan cita de cuando en cuando. Consulte el canal de Ficticia.com y no se la pierda.
Tengo otras pistas disponibles, mismas que se mantendrán en reserva, salvo petición expresa de la autoridad correspondiente, a fin de:
a) no entorpecer las investigaciones en curso,
b) no vulnerar los derechos humanos de los involucrados,
c) evitar violaciones a la ley de protección de datos personales,
d) respetar el debido proceso, y
e) honrar la ética detectivesca que me distingue de la chusma
En concordancia con el inciso e) que antecede, debo confesar que al pasar de la primera a la segunda versión omití involuntariamente la mención expresa del tercer personaje colectivo, mismo que podría ser resarcido de sus derechos y presencia en una tercera versión en caso de ser estrictamente necesario.
Evidentemente, dada la brevedad, concisión y dinámica del telegráfico texto, quedan infinidad de dudas y preguntas, que dejamos a que sea el imaginario popular quien plateé hipótesis, teorice y saque conclusiones, ya que casos como este, pueden arrojar luz sobre las causas de la proliferación de rumores, teorías de la conspiración y fake-news, generadas –en muchos casos– por información parcial e inconexa, pero ese es otro asunto que, aunque acapara mi atención, simplemente no viene al caso.
Espero que con esta breve misiva haya quedado satisfecha su morbosa curiosidad, misma que, con gusto, continuaré alimentando :-)
Sin más por el momento, quedo de usted como su más atento y seguro servidor.
Pseudónimo
Mucho me temo que vuestra capacidad como domadora de fieras no es compatible con las artes de la investigación criminalística. ¿O será acaso que la de esclavo no es conciliable con la de aprendiz de escribidor y sagaz detective o simple reportero de nota roja?
Para disipar estas incógnitas y antes de que los huexólotl sean sacrificados en uno u otro bando, vamos por partes, como dijera alguna vez Jack el destripador, antes de que su caso fuera plena e indiscutiblemente aclarado por el suscrito.
Tenemos varios personajes que podemos agrupar en tres: El narrador, el viejo que tiene la disyuntiva de ser recluido en el asilo o usar el revólver para liberarse (aquí, en el primer párrafo, se pretende inducir al lector a pensar en el suicidio), y por último un personaje colectivo, representado por un número indefinido de personas que se conmocionan, corren, buscan, se angustian, llegan a la calle y al alzar la vista ven al auto alejarse. Pueden sus mercedes sacar las conclusiones sobre quién es el que –liberado– se aleja en él hasta perderse en la bruma.
¿Dónde ocurren los hechos?
¿Es el propio protagonista quien conduce o es un Uber el que fue a recogerlo?
Las respuestas a esta y otras iinterrogantes podrán ser develadas en el siguiente capítulo de esta emocionante serie, donde el misterio, la acción y el drama se dan cita de cuando en cuando. Consulte el canal de Ficticia.com y no se la pierda.
Tengo otras pistas disponibles, mismas que se mantendrán en reserva, salvo petición expresa de la autoridad correspondiente, a fin de:
a) no entorpecer las investigaciones en curso,
b) no vulnerar los derechos humanos de los involucrados,
c) evitar violaciones a la ley de protección de datos personales,
d) respetar el debido proceso, y
e) honrar la ética detectivesca que me distingue de la chusma
En concordancia con el inciso e) que antecede, debo confesar que al pasar de la primera a la segunda versión omití involuntariamente la mención expresa del tercer personaje colectivo, mismo que podría ser resarcido de sus derechos y presencia en una tercera versión en caso de ser estrictamente necesario.
Evidentemente, dada la brevedad, concisión y dinámica del telegráfico texto, quedan infinidad de dudas y preguntas, que dejamos a que sea el imaginario popular quien plateé hipótesis, teorice y saque conclusiones, ya que casos como este, pueden arrojar luz sobre las causas de la proliferación de rumores, teorías de la conspiración y fake-news, generadas –en muchos casos– por información parcial e inconexa, pero ese es otro asunto que, aunque acapara mi atención, simplemente no viene al caso.
Espero que con esta breve misiva haya quedado satisfecha su morbosa curiosidad, misma que, con gusto, continuaré alimentando :-)
Sin más por el momento, quedo de usted como su más atento y seguro servidor.
Pseudónimo
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20 de March de 2020 / 15:52
20 de March de 2020 / 15:52
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