Distinguido y muy noble descendiente de sultán morisco granadino de linaje en peligro de extinción:
Lamento profundamente no haber recibido sus atentas misivas, ni sus vanos intentos. Recomiéndole cambiar de modelo de robot por uno inmune a los virus informáticos, informativos y desinformativos que pululan hoy en día por los medios y redes. Sobre todo, uno que tenga la suficiente inteligencia, natural o artificial, para no caer atrapado como atún en las redes (benditas o malditas, pero al fin redes) del olvido o del vicio y la perdición.

Lamento que no le haya encontrado el hilo a la madeja, yo hubiera supuesto que sí, pero ya sabe su sultanidad cómo es esto de los supositorios: No me desanimo, pero en su conciencia quedará el haber truncado la exitosa vida literaria y el Premio Nobel al que estaba destinado un tierno chiquillo tachado injustamente de monarquicorrepublicano, cuyo aún incipiente background cultural está en proceso de expansión y se debe también al incondicional apoyo de un mentor de cabecera, Mr. Google. Celebro que no haya tos, es buen síntoma de que no ha llegado el coronavirus Las calenturas son otra cosa y por otras causas... Por mi porte, iré a curar mis penas con una caguama de leche y cereal y un shot de jugo de manzana doble on the rocks. Ya es hora de la merienda.

Reciba su morisca y granadina persona un fuerte abrazo y un saludo real y de altura (por aquello de las realezas y altezas) como corresponde.

PD: Dice la distinguida y fina Amalia que ella podría conjurar ese maleficio de ser el último Abencerraje. O por lo menos intentarlo... Hasta esta dispuesta a convertirse en jarifa, envolverse en una burka, hiyab o en velos, según los gustos y la ocasión, y leer El Corán.