Caballerosidad
Mientras su esposo conquistaba mujeres, ella bebía ambrosía en un rincón. Él era el alma de la fiesta. Se transformaba en cisne, toro, águila a petición del público femenino. Con sus ojos puestos en su marido, Hera no se percató de aquel tallo membrudo que le maniató las piernas y la arrojó al suelo. Príapo había desenrollado su virilidad e intentaba tomar a la diosa a la fuerza a vista y paciencia de los demás invitados que, borrachos, reían de la escena. Pero de la multitud, salió un burro que, de una coz, puso en fuga al agresor. En agradecimiento, Hera dispuso que aquel caballero de larga espada recibiría los favores de doncellas en las fiestas creadas en su honor,
Malvadisco
11 de August de 2017 / 23:56
11 de August de 2017 / 23:56
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