Tercera llamada, tercera
Estimada capataz,
Esperemos que mi espíritu rebelde, crítico y libertario no haga corto-circuito algún día con vuestra vocación opresora, como vagamente recuerdo que ocurrió aquí, en una vida pasada en este mismo puerto, al que he regresado después de un periodo de esclavitud como galeote en un navío que viaja a través del tiempo, el espacio y los laberintos de la mente, con la obvia ausencia involuntaria. Pero esa es otra historia.
Con respecto al título: El nombre original, era justamente ese, "La vuelta al día en ochenta mundos", igual al de Cortázar y que recuerdo haber leído en el pleistoceno o tal vez en el jurásico, al igual que "Historias de cronopios y de famas”y "Rayuela". Hay quienes consideran impropio utilizar títulos de otros autores, razón por la que lo modifiqué para evitar posibles confrontaciones. Sin embargo, si no compartes ese criterio represivo y atentatorio contra la libertad de expresión, lo dejamos como el original y a manera de homenaje.
Aquí va la última versión, con los cambios sugeridos y otros al final que, leyendo en voz alta, media, baja y entre líneas, me parecen que ayudan bastante. Me agrada el resultado.
Vuelta al día en ochenta mundos
A pesar de los esfuerzos por ubicar a mi madre en la realidad, ella insistía en la exactitud de sus crónicas. Entendimos, finalmente, que lo que percibía por medio de neuronas colapsadas, neurotransmisores sin control y recuerdos en caos, era su verdad.
Fue entonces que empezaron aquellos viajes a través del tiempo, el espacio y los laberintos de la mente. Los relatos eran periplos por mundos fantásticos, divertidos como paseos por el parque de atracciones, y en ocasiones, sin los riesgos y resacas, tan exóticos como ingerir la más poderosa droga alucinante.
Y nada más, mi estimada opresora. Quedo en espera de su benevolente opinión y la liberación de este yugo literario y literal ;-)
Gracias por el tiempo y dedicación.
Saludos cordiales
Esperemos que mi espíritu rebelde, crítico y libertario no haga corto-circuito algún día con vuestra vocación opresora, como vagamente recuerdo que ocurrió aquí, en una vida pasada en este mismo puerto, al que he regresado después de un periodo de esclavitud como galeote en un navío que viaja a través del tiempo, el espacio y los laberintos de la mente, con la obvia ausencia involuntaria. Pero esa es otra historia.
Con respecto al título: El nombre original, era justamente ese, "La vuelta al día en ochenta mundos", igual al de Cortázar y que recuerdo haber leído en el pleistoceno o tal vez en el jurásico, al igual que "Historias de cronopios y de famas”y "Rayuela". Hay quienes consideran impropio utilizar títulos de otros autores, razón por la que lo modifiqué para evitar posibles confrontaciones. Sin embargo, si no compartes ese criterio represivo y atentatorio contra la libertad de expresión, lo dejamos como el original y a manera de homenaje.
Aquí va la última versión, con los cambios sugeridos y otros al final que, leyendo en voz alta, media, baja y entre líneas, me parecen que ayudan bastante. Me agrada el resultado.
Vuelta al día en ochenta mundos
A pesar de los esfuerzos por ubicar a mi madre en la realidad, ella insistía en la exactitud de sus crónicas. Entendimos, finalmente, que lo que percibía por medio de neuronas colapsadas, neurotransmisores sin control y recuerdos en caos, era su verdad.
Fue entonces que empezaron aquellos viajes a través del tiempo, el espacio y los laberintos de la mente. Los relatos eran periplos por mundos fantásticos, divertidos como paseos por el parque de atracciones, y en ocasiones, sin los riesgos y resacas, tan exóticos como ingerir la más poderosa droga alucinante.
Y nada más, mi estimada opresora. Quedo en espera de su benevolente opinión y la liberación de este yugo literario y literal ;-)
Gracias por el tiempo y dedicación.
Saludos cordiales
Pseudónimo
13 de March de 2020 / 17:00
13 de March de 2020 / 17:00
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