Daño colateral
Ella había salido a trabajar aquella mañana cuando regresé a casa después de un largo viaje. Al entrar, Peluche, nuestro gato, me dio la bienvenida con su acostumbrada displicencia, y mientras me seguía con curiosidad, llevé las viejas pantuflas de Elena al contendor de basura, y las sustituí por el hermoso par de piel de alce que le compré como regalo. Poco después escuché al camión recolector vaciar los desechos en su interior y compactarlos. Nunca imaginé que, durante mi ausencia, Peluche se hubiera acostumbrado a dormir la siesta junto a ellas. RequiesCAT in pace.
Pseudónimo
10 de May de 2022 / 13:17
10 de May de 2022 / 13:17
Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.